sábado, 11 de abril de 2015

EL TEATRO ANTERIOR A 1936


El teatro en España

Por su carácter de espectáculo, el primer elemento que marcará la evolución del teatro español es el factor comercial: el teatro del momento depende casi o en exclusiva del local privado y el empresario que no aceptará obras que no gusten al público burgués y aristocrático ( que es el que paga), es decir, que no sean rentables. Otro factor importantísimo es el ideológico, el teatro puede ser crítico, pero dentro de los márgenes del sistema establecido, es. Decir, que no vaya más allá de lo permitido. El aspecto estético, el teatro español siente una cierta resistencia ante nuevas tendencias ya que el sistema comercial de explotación de las salas era incompatible con la experimentación. Las inversiones teatrales se dedican en exclusiva a la escenografía. Por todo esto, en el primer tercio del siglo XX, el teatro en España se divide en dos frentes: el teatro comercial que triunfa y se representa en los grandes teatros y el de aquellos autores que buscan la innovación , que sólo se representa en pequeñas salas o es simplemente leído. Pero ambos coexisten en un mismo periodo de tiempo.

EL TEATRO COMERCIAL

1 . La alta comedia o comedia de salón.

Está directamente relacionada con el teatro decimonónico inmediatamente anterior. Son obras de corte realista donde se reflejan de forma tenue lo problemas de la burguesía.  Trataron de introducir un teatro cercano al del naturalismo europeo. Escenarios que reproducían ambientes reales, empleo de un lenguaje más conversacional, un tipo de actuación más natural y temas conflictivos eran algunas de las características.

El representante de este tipo de teatro fue Jacinto Benavente (premio Nobel en 1922). Ejerció cómo dramaturgo hasta el final de su vida. Su obra se inicia con cierta originalidad pero poco va perdiendo interés debido a su dependencia literaria con el público burgués que paga. Traslada a sus obras lo problema de la sociedad burguesa, satirizando muy ligeramente sus costumbres y forma de vivir ( hipocresía, apego al dinero, infidelidades matrimoniales, resignación de la mujer,...) sus obras se sueles clasificar en dos bloques según la ambientación de sus personajes: urbanas: Los intereses creados,Rosas de otoño o rurales: La malquerida.

2. El teatro en verso.

Combina los " restos" del romanticismo  con el novedoso estiló modernista asociado a una ideología tradicionalista, obras de carácter histórico donde se ensalzan a los grandes personajes de nuestra historia. Destacan las obras de Eduardo Marquina, En Flandes se ha puesto el sol y Francisco Villaespesa, La leona de Castilla. También son interesantes algunas obras compuestas en colaboración por los hermanos Machado (Manuel y. Antonio), La Lola se va a los puertos.


3. El teatro cómico.

Entronca directamente con el sainete dieciochesco. Son obras de carácter cómico donde se satirizan vicios cayendo en el humor fácil y el tópico. Destacan los sainetes de ambientación madrileña y habla castiza de Carlos Arniches, como La venganza de la Petra. Arniches evoluciona hacia la comedia grotesca donde mezcla lo cómico con lo trágico y criticando las injusticias como en La señorita de Trevélez. Los hermanos Alvarez Quintero llevan a escena la Andalucía tópica donde reina la gracia: El patio.

De calidad inferior aunque de mayor éxito destaca la obra de Pedro Muñoz Seca, quién creó el género cómico denominado "astracán". Son en muchos casos parodias de comedias en verso cuya única finalidad es provocar la carcajada, La venganza de don Mendo.

EL TEATRO NO COMERCIAL

Se producen desesperados intentos de renovación que chocan, con muy contadas excepciones, contra los límites y los gustos establecidos. Será un teatro que no sólo se propone un nuevo arte dramático, sino que quiere hacerse eco de los problemas existenciales y sociales, sacudir las conciencias de un público dormido o llegar a un público desatendido.

En esta línea se hallan las experiencias teatrales de algunos hombres del 98 (Unamuno y Azorín). Caso aparte, dentro de la misma generación, es el de Valle-Inclán, al que dedicaremos más atención.

Unamuno se propuso llevar al público a un dramatismo esencial, lejos de la excesiva ornamentación escénica. Abogó por un teatro desnudo, sólo con la palabra, sin efectos (decorados, trajes, etc.), y sin la ornamentación retórica del lenguaje verbal. Suponía la reducción de los personajes al mínimo, de las pasiones a su núcleo, y el esquematismo de la acción. La acción dramática apenas existe y es sustituida por la palabra. Para Unamuno, el teatro era un medio de desvelar la interioridad, un método de conocimiento del hombre. Dramas como Fedra, El otro, El hermano Juan.

El teatro de Valle-Inclán es uno de los más originales del siglo XX. Valle fue un renovador constante en lo formal y en la temática, con la pretensión de romper con el teatro de su época. Progresivamente evolucionó hacia su creación máxima, el esperpento, cuyos elementos ya se observan de manera incipiente en sus primeras obras de influencia modernista: El marqués de Bradomín, Los temas de evasión, el estilo brillante y la actitud rebelde caracterizan estas obras.

Su obra dramática evoluciona hacia las denominadas comedias míticas: Las Comedias bárbaras trilogía, compuesta por Cara de plata , Águila de blasón y Romance de lobos , y Divinas palabras están relacionadas por sus temas, personajes, atmósferas y significado, y se localizan en una Galicia mítica, intemporal. Se trata de una sociedad arcaica, elegida para presentar una visión de un mundo en el que la existencia humana se rige por fuerzas primarias. Los conflictos se centran en la lujuria, la soberbia, la crueldad, el despotismo, el pecado, el sacrilegio, la superstición, la magia. Divinas palabras abre el camino al esperpento.

Paralelo a este teatro Vallé escribir sus farsas ( obras para marionetas) donde desmitifica con estas los valores más convencionales de la sociedad española: monarquía, nobleza, parlamento...Farsa infantil dela cabeza del dragón, Farsa italiana de la enamorada del Rey,y Farsa y licencia de la Reina castiza.

La producción dramática de Valle culmina en el "esperpento". Él mismo denominó así a cuatro de sus obras: Luces de bohemia, Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán , estas tres últimas publicadas juntas bajo el título Martes de carnaval.
El esperpento, definido en Luces de bohemia, constituye una estética que se refiere a una visión particular del mundo, resultado de una posición crítica. El esperpento deforma determinados aspectos del personaje y de las situaciones, produciendo una visión caricaturizada, alternativamente cómica y macabra. De este modo, se destruye de forma sistemática la realidad, transformando por completo su imagen aparente y revelándola tal y como es. El esperpento funciona, así, como un instrumento de desenmascaramiento. Estas obras constituyen una feroz sátira política y social de la España del momento, un mundo de injusticia, miseria, estupidez, arbitrariedad y violencia, sin otra salida que la muerte.

Por su parte, los autores del 27 intentaron crear un nuevo público mediante el acercamiento del teatro al pueblo. Compañías teatrales como La Barraca, de Lorca y las Misiones Pedagógicas republicanas pretendieron, con sus giras, una educación teatral del público distinta de la dominante. Rafael Alberti, Pedro Salinas y Miguel Hernández fueron algunos de los poetas que se acercaron ocasionalmente a la creación teatral.

Federico García Lorca creó el verdadero teatro poético, pero no en el sentido dado al teatro de Marquina. Su producción dramática expresa, de manera profunda, los problemas de la vida y de la historia, a través de un lenguaje cargado de imágenes y de connotaciones. En su teatro, además de la palabra, cobran importancia otros componentes como la música, la danza y la escenografía.

Sus primeras obras El maleficio de la mariposa, emparentada con el teatro modernista y de escaso éxito y el drama histórico Mariana Pineda avanzan ya algunos de los aspectos que serán constantes en la obra teatral de Lorca: el amor, la muerte, el deseo,...
Continua escribiendo farsas para marionetas y personas que desarrollan el conflicto derivado del matrimonio de conveniencia entre el viejo y la joven, destacan: Retablillo de don Cristóbal y La zapatera prodigiosa.

El surrealismo entra de lleno en su teatro y escribe El público, Así que pasen cinco años y Comedia sin título. La puesta en escena de estas obras ha tenido que esperar hasta fechas recientes para poder mostrar todo su valor y belleza. El "teatro imposible" lorquiano anticipa posteriores hallazgos del teatro europeo: la ruptura de la lógica espacio-temporal, el desdoblamiento de la personalidad y la posibilidad de varias interpretaciones.

Finalmente,  Lorca encuentra una forma de hacer teatro que une al público tradicional como al más innovador, llegan así sus "dramas rurales". Lorca pensó escribir una «trilogía dramática de la tierra española», de la que contamos con Bodas de sangre  y Yerma. Algunos críticos suponen que La casa de Bernarda Alba sería la tercera obra de la trilogía.

En las tragedias lorquianas, el argumento tiene escasa importancia, hay pocos personajes principales e intervienen coros. Se desarrollan en un ambiente rural en el que las fuerzas naturales imponen un destino trágico. Los personajes principales son femeninos y la ambientación es la Andalucía profunda. Partiendo de sucesos reales enfatiza la fuerza de instintos: la pasión, el sexo, la maternidad, la virginidad, el poder,... Son obras cargadas de elementos muy simbólicos: el agua, el calor, el pozo, el caballo, la luna, las flores...

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